Primero de enero de 1994. Un ejército insurgente, uno muy otro, se levanta en armas en el sureste mexicano, le declara la guerra al Ejército federal y al gobierno mexicano y emprende un camino distinto. No se plantea la toma del poder, pero sí la toma de los medios de producción y el ejercicio de otra manera de hacer política, incluyente, de abajo, de izquierda y anticapitalista.
A 15 años del levantamiento armado del EZLN los zapatistas dan otro apretoncito de tuercas a su proceso organizativo, ahora con el festival de la Digna Rabia que se realizará del 26 al 29 de diciembre en la ciudad de México y del 1 al 4 de enero en Chiapas.
En el evento participarán cientos de colectivos y organizaciones que durante estos días intercambiarán puntos de vista, realizarán mesas de discusión y presentarán sus propuestas artísticas y políticas.
Con esto los zapatistas desmienten las afirmaciones de que ese movimiento está en retirada y por el contrario, muestran que lo que se gestó hace 25 años y se abrió hace 15 sigue vivo y combatiendo.
Esto es muy importante ahora que los militares avanzan, controlando el aparato del estado mexicano. Así responden los zapatistas ahora que se han incrementado los operativos militares en las zonas autónomas y que el gobierno de Calderón declaró que se van a perforar pozos petroleros en la selva chiapaneca.
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