PAPALOTES

Lo más grandioso de los papalotes es que te hacen sentir joven o niño de nuevo. Pero además te enseñan una forma de entender la vida: “Tú puedes controlar el diseño, la elaboración, decidir los materiales, y muchas veces dónde y cuándo los vas a volar, pero siempre hay algo que no puedes controlar; puede ser el viento, los árboles, tu propia habilidad, y tienes que estar preparado para el desastre; casi siempre un papalote bien hecho volará fácilmente, y cuando lo logras te sientes bien, pero a veces no vuela, o puede pasar que se destruya o que se vaya con el viento y lo pierdas”.

Perder un papalote hecho por ti mismo, “es como perder un hijo, es terrible, pero entonces te das cuenta de que son como casi todo en la vida: temporales, efímeros. Viven un día, una semana, pero casi siempre terminan destruidos o se van”.


Scott Skinner


Los papalotes se incrusta en esa arraigada tradición que se atribuye a la cultura del Istmo, la cual precisa que los muertos, durante los días de los Fieles Difuntos, bajan en papalotes para visitar a su seres queridos, y deben subir de igual manera para que realmente se marchen.

en México, papalote deriva de la palabra mariposa en náhuatl; en Bolivia y Chile es volatin; en Brasil y Paraguay, pandorga; en El Salvador y Nicaragua lo llaman piscucha; en Honduras, papelote, y en Puerto Rico, chiringa.

Mientras, en República Dominicana y Venezuela, respectivamente, son conocidos como chichigua y papagayo, y en España, Colombia, Cuba, Ecuador, Perú, Panamá y Uruguay se les llama cometas.


Coloridos y artesanales papalotes elaborados por el artista y mecenas Francisco Toledo, además de creadores oaxaqueños y más de 50 papaloteros provenientes de diversos países, colman con su milenaria manufactura la capital de Oaxaca.
El Festival de Papalotes con el cual se celebran el décimo aniversario del Taller de Arte Papel Oaxaca y los 20 años de la fundación del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) –que se cumplirán en noviembre– proliferan por las calles y recintos de esa ciudad, así como por la zona arqueológica de Monte Albán.


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