kin chulelal (la fiesta de las almas) Chiapas

El panteón de El Romerillo era una pequeña montaña, donde había muchos monos araña y otros animales, y cuando quisieron parar las cruces que “sirven para proteger a las almas”, éstas caían una y otra vez. “Entonces, un grupo de ancianos sugirió que se hiciera una ceremonia, se disfrazaran de monos y bailaran acompañados con música tradicional y cantos dedicados a los dioses del cielo y de la tierra. Sólo así fue posible mantener paradas las cruces”.

Desde entonces se conserva esa tradición del baile de los mashes (monos), indígenas disfrazados con una vestimenta peculiar (pantalones de gamuza y muchos listones), lentes oscuros y un gorro cónico, tocan música tradicional con guitarras, arpas y acordeones y bailan y cantan. Estas costumbres han permitido que las cruces permanezcan en pie y la gente se concentre cada primero de noviembre a festejar.

López Jiménez

investigador tzotzil



La comunidad indígena del El Romerillo, municipio de San Juan Chamula, Chiapas, . Uno de los referentes son las cruces de madera que, según la tradición, protegen las almas de los difuntos, y sirven para delimitar el área que pertenece a cada pueblo indígena.

En Tenejapa, entierros en casa


A diferencia de El Romerillo y del resto del país, que celebra a sus difuntos en los panteones, en la mayoría de comunidades del municipio tzeltal de Tenejapa, el Día de Muertos se festeja en las casas porque, según la tradición, los fallecidos son enterrados dentro de éstas y no en cementerios.
Esa costumbre, dice Xuno López, coordinador del área de medios del Centro Estatal de Literatura, Artes y Lenguas Indígenas (CELALI), “quita a la familia el peso de sentir en el corazón que se perdió a alguien físicamente por que al enterrarlo dentro de la vivienda está con uno”.
En cambio, agrega, “enterrar al difunto afuera de la casa se le maltrata a él y a su espíritu porque se moja y es una falta de respeto hacia la persona que se muere. Es parte de la familia y por ello se queda en la misma casa, aunque haya muerto”.

ENTIERROS EN CASA

Otra costumbre que prevalece en localidades de Tenejapa, señala, es sepultar envueltas en petate, y no en ataúdes, a las personas fallecidas. “Los grandes gobernantes, por ejemplo, se sentaban en petates y tal vez porque quedan esas nociones y esa simbología dentro de la cultura, las personas se prefieren ir envueltas en ellos, con la idea quizá de que a lo mejor sólo están dormidas como lo hacen cada noche que se acuestan sobre el petate”, expresa.

“En Tenejapa tenemos la costumbre de enterrar a nuestros muertos dentro de la casa; es una costumbre ancestral. Literalmente se convive con el muerto, aunque cada vez son menos las comunidades que lo hacen”, manifiesta López.

Altar con flor, fruta y otras cosas

En el lugar donde están los restos de sus abuelos se construye en estas fechas el altar con juncia, flor amarilla, frutas y otras cosas. “Ahí nos reunimos la familia desde el 28 (de octubre) para arreglar todo y preparar la celebración del primero de noviembre, que es un momento de compartir con la familia y la comunidad porque entre familias nos invitamos para visitar cada casa. Es una pachanga y vamos comiendo tamales, carne, panes, fruta”.

Además de estas particularidades, en las comunidades de Tenejapa se conservan otras tradiciones relativas al Día de los Difuntos. Una parte de habitantes todavía lo celebra entre el 15 y el 18 de octubre, pues según el calendario maya en esos días comienza el mes. “Los que celebran en esas fechas son los tradicionalistas, que son un cinco o seis por ciento ya de la población”.

http://www.conecultachiapas.gob.mx/celali/promo.htm

http://www.jornada.unam.mx/2008/11/01/index.php?section=estados&article=031n1est

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