Foto:Graciela Iturbide


Angel Woman
Mujer ángel
Desierto de Sonora, México
1979


Graciela Iturbide

Nació en la Ciudad de México en 1942. En 1969 ingresa al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde tuvo como profesor a Manuel Álvarez Bravo quien le propone ser su asistente en 1970.


Parte del conocimiento y la integración para conseguir imágenes habladoras, contadoras de historias, representaciones oníricas, influenciadas o no, su visión. “Mi capacidad de interpretación no interviene solamente en el mundo indígena sino también en la ciudad o cuando fotografío a un escritor. Quiero dejar claro que no trabajo en el mundo indígena si no hay complicidad y respeto.

No me gusta que me digan que mi fotografía es mágica, esto me pone furiosa. Más me interesaría, y no sé si lo logro, que hubiera una dosis de poesía en mi fotografía. Nunca me hubiera atrevido a decirle a la señora de las iguanas:

“ven a mi estudio y te pongo las iguanas en la cabeza”Simplemente la encontré en el mercado. Creo que todos los fotógrafos hacemos fotografía documental, pero después todo depende de la interpretación de cada quien, si hay más o menos poesía, o imaginación. Pero si insisto sobre el asombro, es porque éste tiene que ver con el mundo que llevas atrás o adentro.” “Al principio de mis incursiones en zonas indígenas, sufría mucho, me angustiaba cuando me preguntaba por qué estaba interesada en este mundo, me sentía como una intrusa. Llevaba una especie de bitácora de mis viajes, apuntes. Después entendí que yo era fotógrafa y que no tenía por qué avergonzarme de mi oficio. Hay muchos momentos de soledad cuando estás fotografiando, de constante reflexión durante los viajes.” “A mí me obsesiona más la composicion la imagen, que el tiempo. Para muchos otros cautivar un instante es lo más importante, el tiempo es indispensable porque es el movimiento. Pero como yo no tengo muchas imágenes en movimiento, el tiempo pasa a segundo plano. Por ejemplo, tengo una fotografía de una bicicleta con pollos, que vi en Tlaxcala; me pareció rarísima esta imagen de los pollos con las patas atadas para arriba. En ese momento en que yo estaba fascinada haciendo una foto casi abstracta, pasó una pareja de recién casados, ya mayores, con el polvo de Tlaxcala encima, y solamente su madre atrás de ellos. Me quedé tan pasmada que no los tomé, y me arrepentiré toda mi vida de no haberles sacado una foto. Era como una visión de Pasolini en México: llenos de polvo, con su velo, junto a la bicicleta...Puede haberles dicho: “espérense un momento”, o haberlos retratado rapidísimo. Allí me falló el tiempo, me faltó echarme para atrás y tomar la fotografía. Era una imagen bellísima y patética que se me fue. Igual la tomo rápido y me sale desenfocada, o solamente era mi fantasía, influida por películas de Pasolini o Fellini, la que estaba jugando en ese momento. Estos instantes son regalos de la realidad, y de todas maneras es fantástico vivirlos. Tu ojo y tu imaginación deben estar atentos, pero no pude cautivar ese instante regalado. A lo mejor carezco del “ojo de lince” del que habla Cartier-Bresson, soy más reposada, me quedo con lo que está allí, estático. Antes que el tiempo, me interesa la plasticidad del símbolo.” “Quizá busqué la sorpresa dentro de lo común y corriente que pude haber encontrado en cualquier parte del mundo. La obsesión inconsciente que tenemos los fotógrafos hace que nos encontremos por doquier con el tema que traemos adentro. Los pájaros que yo busco son el pájaro solitario de San Juan de la Cruz, que tiene que ver con el poeta Attar. Pueden estar en la realidad, pero sobre todo están en mí o podría decirse, que están espiritualmente en la literatura y por eso es difícil descubrirlos en la realidad. La literatura me inspira a buscar el viaje de los pájaros de Attar, que al final llegan a encontrase con ellos mismos en el espejo. Había leído en Borgues la historia de Simurg cuando todavía no pensaba trabajar sobre los pájaros. Pero se ve que me interesaba de tal forma que le mandé este cuento a Abbas, y él, como iraní que además se llama Attar, vuelve a su mundo por este cuento, a fotografiar el Islam” ”...siempre prima en mí la necesidad de ir a descubrir el mundo, ver qué pasa y qué me pasa a mí con lo que voy encontrando”

( autora del comentario :Marisela Murcia )


House of Death

Casa de la muerte

México D.F.1975

http://alkek.library.txstate.edu/swwc/wg/exhibits/Iturbide/photoindex.html

http://centrodelaimagen.conaculta.gob.mx/in_diciembre/galeria_graciela.html

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