Pero también necesita de quienes la lean. Sin esta parte no sería posible hablar
de un desarrollo; si alguien puede hacer que esto exista es el lector. Al menos
en lo que respecta a la literatura indígena, los que la leen, si no son
estudiantes o profesores, son los mismos escritores.
En términos metafóricos a
esto también le podemos atribuir las características del catoblepas de Vargas
Llosa: aquel extraño animal que se consume a sí mismo.
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