Guerra Sucia

Carlos Montemayor /IV

La violencia de Estado en México

En la entrega anterior nos referimos al carácter multisectorial de los operativos de allanamiento en aldeas o barrios para aprehensiones multitudinarias. Destaquemos ahora que la autorización de las jerarquías políticas cubre no solamente la aplicación del operativo en un punto rural o urbano específico, sino el propio entrenamiento de los cuerpos de choque policiacos o militares. No hay un divorcio entre la decisión policiaca, la militar y la política desde el entrenamiento de cuadros hasta la planeación de los operativos y su ejecución. La persistencia o la recurrencia de estos cuadros, grupos o comandos, a los que podemos llamar, con involuntario humor negro, “de alto rendimiento”, han ido evolucionando tanto en cuerpos policiacos y militares como en corporaciones paramilitares. Su actividad tiene variantes no tan pronunciadas como para que resulte difícil identificarlas en diversos operativos.

Fueron policías judiciales de Guerrero, actuando como grupos de choque, los causantes de la masacre en la plaza central de Atoyac el 18 de mayo de 1967. Los padres de familia de la escuela primaria Juan Álvarez se manifestaron para protestar por las elevadas cuotas que la directora de la escuela imponía a los estudiantes. Los policías judiciales acuartelaron a los policías preventivos y atacaron a la población, como describo pormenorizadamente en la novela Guerra en el paraíso. Las autoridades quisieron culpar a Lucio Cabañas de la masacre e intentaron aprehenderlo; ese día Lucio se vio obligado a remontarse a la sierra: así se originó su guerrilla.

MAS: http://www.jornada.unam.mx/2008/11/06/index.php?section=opinion&article=022a1pol

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