Erasmo,( El elogio de la locura).

Una locura con la que la razón incursiona en un diálogo, una locura con la que se encuentra una distancia óptima, se cabalga junto a ella, proveniente del propio discurso y del discurrir humano, demasiado humano como para ignorarlo, locura a la que sólo se evoca para dirigir su fuerza crítica y demoledora sobre las ilusiones humanas y sus propósitos y por otro lado, en el envés, una locura que lleva el sello de la tragedia humana: lo trágico de lo humano o lo muy humano de lo trágico. Locura que pretende ser domeñada bajo la cruel benevolencia del humanista y su ceguera

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