La nueva museología


Los propósitos de la nueva museología son claros: transformar el vínculo lineal tradicional que domina las visitas museísticas pasivas y banales; transformar al conservador/científico y al conservador/educador, propios de los cánones clásicos con una nueva orientación. Se trata de implementar una función conjunta: la de la comunicación museística que considere que la creación de significado, se encuentra en constante evolución y que no debe soslayar la interacción permanente con públicos cuyos intereses y cultura son diversos.

La nueva museología postula que los artefactos culturales deben ser exhibidos y explicados de manera que permitan su interpretación, y que vinculen el pretérito con temas y debates culturales actuales. Esta revolución copernicana aboga por colocar al visitante, con pertenencia a culturas diferenciadas, en el centro de las preocupaciones del museo.

La nueva concepción museológica diferencia entre la colección y las exhibiciones. En ellas, el museo está obligado a definir el propósito de la exhibición, su discurso y el tono de la misma. El museo no expone colecciones; expone conceptos y temáticas a través de los objetos de las colecciones. El patrimonio del museo no necesariamente está constituido por objetos o monumentos del pasado; está constituido por ideas, por conceptos, por investigaciones, por elementos que favorecen la contemplación estética del pasado y del presente, que se estiman valiosos.

La conservación de los artefactos culturales como testigos materiales es subsidiaria de los objetivos citados. Esos objetos que integran las colecciones requieren de una nueva zona de aproximación para su conocimiento y para su aculturación, que no es sólo estilístico y de análisis formal o estético, sino también organizativo y clasificatorio.

La crisis museológica ha demostrado que el museo requiere de un discurso coherente con una multiplicidad de posibilidades, que sea capaz de estimular sentimientos de pertenencia cultural en los diferentes públicos. Este debe ser el valor de política cultural representativo de todo museo. El énfasis, más que en la colección, se encuentra en sus destinatarios. La exposición diacrónica que trata de estructurar y construir la memoria del pasado ha sido abandonada por una ordenación más compleja del artefacto cultural que responda a ese propósito.

La nueva concepción museológica propone acompañar al visitante en su incursión al museo con un discurso argumentativo y desarrollado en el que el artefacto cultural sirva de soporte; esta es la ruptura con la concepción clásica del museo.

La concepción cuasi religiosa de Malraux (Le Musée imaginaire) de una auto-revelación en el encuentro con el artefacto cultural, sencillamente no se sostiene. Las ciencias sociales han demostrado que los códigos culturales se aprehenden: la iniciación, la formación y los entornos socioculturales museísticos resultan indispensables para acceder a la interpretación del artefacto. La musealidad debe en lo sucesivo constituirse en un espacio de invención social, en un vector de creación de memoria, de debate y de expresiones críticas.



Doctor en derecho por la Universidad Panthéon Assas.

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La evolución museográfica obligó a partir de entonces a establecer una diferencia de principio entre el museo técnico y científico y el museo de arte. Este último no consistía en una colección de artefactos abstractos ilustrados con ejemplos didácticos y educativos, como en el caso del técnico y científico, sino en una colección de objetos de arte concreto, valiosos por sus cualidades estéticas, dominados por ideas y concepciones que exigían una interpretación.

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