VIVITO Y COLEANDO

Mayúscula fue su sorpresa al descubrir que estaba muerto.

Justo él, un hombre tan sano y vigoroso, justo él , don Pancho Mendietta.

Este era un pueblo pequeño, lejano, muy lejano...pueblo olvidado por todos como muchos , tanto que ni su nombre recordaba.
Acá ya no pasaba nada ni un tren ,ya nada.

Cuando se enteró que estaba muerto según el parte de defunción que lo notificaba se puso como un loco, no podía creer que lo dieran por muerto, justo él, don Pancho Mendietta.

No podía creerlo, daba vueltas por toda la casa, hasta que decidió aclarar la situación al presentarse vivito y coleando frente al juez comisario y casi cura del pueblo, exigiéndole una explicación, éste como riéndose y sin mayor detalle constató a Mendietta la hora y fecha que provocó tan fatídico episodio.

Es decir, presumiblemente según lo develaba la autopsia, había muerto de un certero golpe en la cabeza.

Para estas alturas Mendietta no entendía ya nada de nada.

El juez comisario y casi cura , en tono descortés le dijo
-largarte a tu tumba, pinche viejo loco...

Mendietta desconcertado, sin decir una palabra dio media vuelta y sin esperar mas se dirigió al cementerio a contemplar el lecho de su muerte , no tardó mucho en dar con una lápida marcada con el siguiente texto

“aquí descansa Francisco Mendietta

quien sigue vivo entre nosotros”

a medio de leer esta frase Mendietta casi sin fuerzas y con el ánimo caído de
se preguntaba
- es que estaré vivo?....o muerto?

chaneque

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