Relato: El Hechizado

El hechizado

Las calles formaban un desordenado tejido que se extendía desde las lomas hasta las barrancas convertidas en basurero. Todas las casas tenían fachadas de cemento. Vista desde cualquier ángulo, la colonia era un laberinto gris que justificaba su nombre: La Mancha.

En medio de la única avenida asfaltada sobresalía una casa inmensa con las paredes rojas. El color resultaba menos llamativo que su diseño: por el frente sólo tenía una puerta estrecha y en los dos pisos cuatro ventanas altas que eran apenas respiraderos.

La casa que llegamos a ocupar estaba en la calle Doce, paralela a la avenida. Desde allí podíamos ver la parte trasera de la casa roja. Nos sorprendió la abundancia de ventanas. Protegidas por una densa herrería en forma de hojas y flores, daban a un prado hirsuto con un árbol de capulín en el centro. Por el hecho de que las frutas cayeran sin que nadie las levantara, mi madre sacó una conclusión: "Se ve que allí no hay niños. De otro modo saldrían a recoger los capulines para comérselos". Adivinó mis pensamiento: "Ni se te vaya a ocurrir meterte en ese lugar".......

continuar
http://www.jornada.unam.mx/2007/07/22/index.php?section=sociedad&article=044o1soc

Cristina Pacheco

No hay comentarios: