Surrealismo (Breton)

El movimiento artístico definido por André Breton en un manifiesto escrito en 1924 “surgió en contra de los desastres de la Primera Guerra Mundial en Europa, pero sus postulados no sólo son estéticos, sino éticos. Sus deseos de transformar al mundo tenían una forma que hoy, a la distancia, nos podría parecer ingenua porque era a través del escándalo, de la provocación a la burguesía, pero con una intencionalidad muy clara.

“El surrealismo sigue vivo porque su espíritu ya existía antes de que Breton lo formulara, es decir, existía el mundo del sueño, la transgresión, el inconsciente, y siguió existiendo más allá de la Segunda Guerra Mundial porque en todos está el deseo de una realidad que signifique una mejor vida.


"Debajo de los adoquines está el mar’
Andre Breton

Debajo de los adoquines está la playa. Esta consigna, que movió a las revueltas que sacudieron al mundo en 1968, hace cuarenta años, puede con justicia enunciarse para resumir el contenido de los libros que hoy presentamos: debajo de la agricultura industrializada está la agricultura vernácula, la agricultura tradicional; debajo de la civilización están la naturaleza, los ecosistemas y los campesinos. Debajo de la industrialización de nuestro metabolismo, se encuentra nuestra irreductible e ineludible necesidad de preservar la naturaleza. Debajo de una agricultura envenenada, está una agricultura que cuida la salud del entorno y de la humanidad.


‘Lo importante es retener de la vida despierta lo que merece ser retenido y lo que no, no’.
Andre Breton

André Breton: No será el miedo a la locura lo que nos obligue a bajar la bandera de la imaginación


¿Pero qué es el surrealismo? Es, en pocas palabras el superrealismo. Breton lo define en su primer Manifiesto surrealista en 1924, así:
"Sustantivo, masculino. Automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral."
Y desde el punto de vista filosófico:
"El surrealismo se basa en la creencia de una realidad superior de ciertas formas de asociación desdeñadas hasta la aparición del mismo, y en el libre ejercicio del pensamiento. Tiende a destruir definitivamente todos los restantes mecanismos psíquicos, y a sustituirlos por la resolución de los principales problemas de la vida.
Apollinaire lo describe en un lenguaje más terrenal en el prefacio del drama surrealista “Las Tetas de Tiresia” en 1917:
“Cuando el hombre quiso imitar la acción de andar, creó la rueda, que no se parece a una pierna. Del mismo modo ha creado, inconscientemente, el surrealismo... Después de todo, el escenario no se parece a la vida que representa más que una rueda a una pierna”.


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