De Pedro Paramo-Juan Rulfo

Pedro Páramo

Y es que allá
el tiempo es muy largo.
Nadie lleva las cuentas de las horas
ni a nadie le preocupa...
cómo van amontonándose los años.
Los días comienzan y se acaban.
Luego viene la noche.
Solamente el día y la noche
hasta el día de la muerte,
que para ellos
es una esperanza.
La luz era igual entonces que ahora,
no tan bermeja;
pero era la misma pobre luz
sin lumbre,
envuelta en el paño blanco
de la neblina que hay ahora.
Era el mismo momento.

Maldito Juan Rulfo
 
 

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