No Vengas por aquí, Pero si Vienes...
...
sí, claro, estaré aquí a menos de que salga
no toques el timbre si ves las luces apagadas
o si escuchas voces
tal vez esté leyendo a Proust
si alguien desliza un libro suyo bajo mi puerta
o si arrojan uno de sus huesos en el estofado,
no presto dinero
ni el teléfono
ni lo que queda de mi auto
si quieres coge el periódico de ayer
una camisa vieja
un sandwich a la boloñesa
o duerme en el sillón
si es que no gritas de noche
te permito que hables de ti misma
lo que es normal;
los tiempos duros nos pegan a todos
sólo que yo no trato de formar una familia
de mandar a mis hijos a Harvard
o de comprar una finca con áreas de caza,
no aspiro a tanto
sólo trato de mantenerme vivo
de aguantar un poco más,
así que si alguna vez tocas a mi puerta
y no respondo
y no hay una mujer adentro
es que tal vez me rompi la quijada
y esté buscando un poco de alambre
o cazando mariposas en la pared tapizada,
lo que quiero decir
es que
si no respondo,
no respondo,
y la razón es que todavía no estoy listo para matarte
o para amarte, ni siquiera para aceptarte,
lo que significa que no quiero hablar,
que estoy ocupado, enojado, alegre
o que tal vez estoy colgado de una cuerda;
así que si las luces están encendidas
y oyes ruidos
como de respiración, de rezos, de voces cantando
por el radio, de chasquidos de dados,
o de golpeteos de máquina de escribir
vete,
ese no era el día, ni la noche,
ni la hora adecuada;
y no es descortesía,
no deseo lastimar a nadie, ni siquiera a un insecto,
aunque a veces reúno evidencias de algunos bichos
que requieren clasificación,
pero tus ojos azules, si es que son azules
o tu cabello, si es que tienes
o tu cabeza, no pueden entrar
hasta que la soga se corte o se anude
hasta que me haya rasurado en
espejos nuevos,
hasta que el mundo
se haya revelado
o detenido para siempre.
Maldito Charles Bukowski
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