El también llamado «Colectivo Rupestre» fue definido así por Rodrigo González (Rockdrigo): «Somos cantantes que no tenemos voz de tenor y que no componemos como los grandes de la sabiduría estética, y que no tenemos un equipo electrónico sofisticado de sintetizadores y efectos muy locos. Somos rupestres porque somos músicos marginados y queremos romper con el panfleto y la etiqueta que casi todos los artistas acostumbran usar para identificarse con los demás. No contamos con los suficientes recursos económicos para grabar profesionalmente y mucho menos, para ser completamente independientes, vivimos de la música y pretendemos darle un nuevo enfoque para hablar más de lo cotidiano, de lo espiritual y lo urbano.»
Manifiesto Rupestre
"No es que los rupestres se hayan escapado del antiguo Museo de Ciencias Naturales ni, mucho menos, del de Antropología; o que hayan llegado de los cerros escondidos en un camión lleno de gallinas y frijoles.Se trata solamente de un membrete que se cuelgan todos aquellos que no están muy guapos, ni tienen voz de tenor, ni componen como las grandes cimas de la sabiduría estética o (lo peor) no tienen un equipo electrónico sofisticado lleno de sinters y efectos muy locos que apantallen al primer despistado que se les ponga enfrente.
Han tenido que encuevarse en sus propias alcantarillas de concreto y, en muchas ocasiones, quedarse como el chinito ante la cultura: nomás milando.
Los rupestres por lo general son sencillos, no la hacen mucho de tos con tanto chango y faramalla como acostumbran los no rupestres pero tienen tanto que proponer con sus guitarras de palo y sus voces acabadas de salir del ron; son poetas y locochones; rocanroleros y trovadores. Simples y elaborados; gustan de la fantasía, le mientan la madre a lo cotidiano; tocan como carpinteros venusinos y cantan como becerros en un examen final del conservatorio..."

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