Albert Camus-personaje mundo

Albert Camus Sintes (Acerca de este sonido /alˈbɛʁ kaˈmy/ Mondovi, Argelia Francesa, 7 de noviembre de 1913 - Villeblevin, Francia, 4 de enero de 1960) fue un novelista, ensayista, dramaturgo, filósofo y periodista francés nacido en Argelia.





A su muerte, Alberto Camus tenía 47 años. Había nacido en Mondovi, departamento de Constantina, en Argelia, el 7 de noviembre de 1913. Procedía de  una familia muy humilde-

Albert Camus nació en noviembre de 1913 en Mondovi, un pueblo de Argelia, en el seno de una familia de migrantes. Su madre, una mujer humilde de origen español, se casó con un trabajador de ascendencia francesa que fue movilizado para combatir en la primera gran guerra y murió cuando Camus tenía pocos meses de edad. La familia se trasladó al barrio obrero de Belcourt, en la ciudad de Argel, a casa de la abuela materna; ese fue su hogar hasta los diecisiete años.


El 4 de enero de 1960, en una recta cerca de Petit-Villeblevin, dirección París, se estrellaba contra un árbol un potente y flamante Facel Vega. El copiloto salía despedido hacia atrás. Con el cráneo fracturado y el cuello roto, moría en el acto. Un absurdo y sospechoso accidente sobre el que se sigue especulando medio siglo después, sin terminar de aclararse las circunstancias o posibles culpables. El conductor, Michel Gallimard, moriría pocos días después en el hospital. Su mujer y su hijastra saldrían ilesas del accidente. En el maletero, entre el amasijo de metales retorcidos, se recuperó una bolsa que contenía el manuscrito de El primer hombre, la novela inconclusa de la víctima: Albert Camus. Décadas más tarde, en 1994, la hija del Premio Nobel publicó el texto, enriquecido con todas las notas aclaratorias que Camus había ido dejando en el proceso de esta novela que suponía –según palabras del autor– un giro radical en su trayectoria creativa, tras una profunda crisis.

Nací pobre –dice en EL REVÉS Y EL DERECHO- en un barrio obrero, pero no sabía lo que era la verdadera desgracia hasta que conocí nuestros fríos arrabales… Para corregir una indiferencia natural, fui situado a media distancia entre la miseria y el sol. La miseria me impidió creer que todo está bien bajo el sol y en la historia; el sol me enseñó que la historia no lo es todo”. Más tarde diría: “Yo no he aprendido la libertad en Marx; la he aprendido en la miseria.

"Fui situado a media distancia entre la miseria y el sol. La miseria me impidió creer que todo está bien bajo el sol y en la historia; el sol me enseñó que la historia no lo es todo”.

Camus se interesó profundamente por el individuo. Hablaba de la gente, no de sistemas totalizadores políticos, filosóficos, ideológicos o religiosos que, hasta la tercera parte del siglo XX, funcionaron para imponer distintas formas de creer y de pensar, combinaciones y refutaciones físicas y metafísicas que se debatían entre la esperanza y el miedo. Por supuesto, estos sistemas de control –renovadores de la fe en las milicias, en la dictadura del partido o en las huestes celestiales– eran francamente inaceptables para una humanidad que había declarado una guerra a muerte contra ella misma


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