Aforismos de Ernesto Etchenique (El gran Fontanarrosa)

Cuando alcancé la Sabiduría, ella me miró y dijo: "Ya me alcanza cualquiera".

• Lo llamaron científico, estadista y pensador. Pero nunca fue tan feliz como cuando lo llamaron "Bichi".

• El optimista ve la copa medio llena. El pesimista la ve medio vacía. El borracho la ve doble.

• No vale más el singular topacio que el vulgar cascote. Pero si me dais a elegir... dadme el topacio.

• Muy distinto es no decir lo que se piensa que no pensar lo que se dice.

• No encuentra brevedad en el aforismo el tartamudo.

• El hombre probo y pío es mitad santo y mitad pollito.

• El ciego, al lavarse la cara, se reconoce

• El perro es perro. Y no lo sabe.

• Mientras más sé, menos sé. No sé.

• ¡Já! ¡Qué estúpida es la astucia!

• Quiso ser eterno. Y fue técnico electricista.

• La mentira se ríe de la verdad. Pero su risa es falsa.

• Escupir hacia arriba, sin mancharse uno mismo. ¡He ahí la verdadera ciencia!

• No juzgar a los hombres por sus actos. Condenarlos.

• El necio no sabrá apreciar ni el sabor de una flor ni el olor de una fruta.

• Decimos: "Haz como la hormiga, que trabaja todo el día." ¡No sabemos cuán jóvenes mueren!

• El árbol se ríe del hacha. Así le va.

• Si todos los hombres del mundo se tomasen de las manos... ¡Cuán larga sería esa fila!

• Alegra ver caer las gotas de lluvia. Pero ellas se destrozan contra el suelo.

• Piensa un minuto y serás justo. Piensa una hora y se te hará tarde.

• Quieres vivir todos los días. Ya aburres.

• ¿Acaso el Universo no es de todos? ¿Qué esperas para arrancar un tomate?

• La paciencia, espera. La virtud, observa. El pato, parpa.

• Se puede hacer una armadura con papel. Pero no te pelees.

• El aire está en todas partes y nadie le dice nada.

• Todo lo que puede depararte la vida, de ahora en más, es basura.

• El hijo de la Sabiduría y el Honor, ya camina.

• Llamamos flor a la flor, pero la flor no sería flor, si fuera la flor por nosotros llamada.

• Si un hombre es pobre de espíritu, sucio, ruin y maloliente, no valen por él ni estas líneas.

• La virtud del virtuoso, la envidia el oso.

• El fruto de la codicia es amargo. Pero no hay otra cosa.

• El oído quisiera ver y el ojo, oír. ¿Quién los entiende?

• Todo aquel es quien pudiera no haber sido, de serlo antes.

• La perfección es obsesiva. Y eso es un defecto.

• El sabio, en su sabiduría, no ve el alud que lo sepulta.

• También el rudo buey fue débil cordero.

• Una vida más larga... ¿Acortaría la Muerte?

• Amigos son los huevos, que están en el mismo nido y nunca se regañan.

• Me descalcé en la oscuridad. Y pisé algo.

• No es el pañuelo quien se engripa.

• No intentes demostrarme tu escepticismo. Yo no te creo.

• No es más ágil el atleta que quien se cae de un árbol.

• No te mueras nunca.

• El muerto se ríe del degollado. Y éste, de su trabajo.

• La maza castiga el yunque. Algo habrá hecho.

• Haz como el beduino, que arma su tienda y no se queja.

• Si tu mejor amigo te incrusta un puñal en la espalda... desconfía de su amistad

• El pájaro es libre. Lo sería aún más de ser soltero.

• Un dibujo vale por mil palabras. Y si es de Picasso…

• Busco espíritus sensibles. Intermediarios abstenerse.

• El loro plagia la palabra, pero quien está preso es el canario.

• Por muy alta que sea una montaña, no sobrepasa su propia cúspide.

• El pavo real abre su cola sin importarle si es día feriado.

• Quien ríe último, de la desgracia ajena, ríe mejor.

• Mis aforismos son como los buenos vinos, mientras más pasa el tiempo, más caros.

• El aforismo es una flecha. Parte de mi boca y se clava en tu ojo.

• Si tantas veces va el cántaro a la fuente… ¿no será muy pequeño?

• Dios aprieta pero no ahorca ni cae en el sadismo.

• Una palabra puede herir. Pero un martillazo es feroz.

• La rosa tiene espinas, pero… ¿tiene pétalos el atún?

• Reprochas al sordo que no te escucha. ¡Grítale más fuerte!

• Dios me señaló con su dedo… ¡y me lo metió en un ojo!

• Aun viéndote sucia y borracha, me arrodillo para nombrarte: "¡Madre!"

• Si crees en la reencarnación no te rías de la fealdad del sapo.

• El puntapié que me asestaste… ¿no será una opinión?

• Te siento cuando te toco y, cuando no te toco, también te siento. ¿Que tienes en la piel?

• Te regalaría las estrellas, pero te has empecinado en un par de zapatos.

• Cuanto más subo, más bajo. Cuanto más bajo, más subo. ¿Qué me pasa?

• "No es fácil que un camello entre al Reino de los Cielos" (proverbio árabe).

• Quise conocerme a mi mismo. Cuando me hallé, estaba muy cambiado.

• Se aprende más en la derrota que en la victoria, pero… ¡prefiero esa ignorancia!

• El que nada desea, es sospechoso.

• Supe perdonar a la mujer adúltera. Mi piedra no le acertó.

• El espíritu del virtuoso es como un espejo. Te miras en él y puedes peinarte.

• El hombre sabio es pobre en apariencia, pues su tesoro está en Suiza.

• En el mundo hay Bondad y Maldad. Justicia e Injusticia. Árboles y tortugas. Hay muchas cosas.

• Para el Sabio no existe la riqueza. Para el Virtuoso no existe el poder. Y para el Poderoso no existen ni el Sabio ni el Virtuoso.

• Aquel que ha tocado el cielo con las manos… ¿cuánto medía?

• Ay! El Dolor se repite. Ay!

• Aquel que ha perdido una oreja no desea aros.

• He cometido el peor de los pecados. No he sido millonario.

• Reparad en ese pato que corre. Reparad en aquel cordero que trisca. Reparad esa cerca que huyen los animalitos.

• ¿Qué superficial es la alegría ruidosa de la orgía!

• Si dices que lo tienes en un puño… muy pequeño ha de ser tu enemigo!

• Si quieres alcanzar la Sabiduría… ¡empieza a correr ya!

• Reconoce tu idiotez y serás un idiota lúcido.

• El tirano admite que lo odien, pero odia que se rían de él. Y más aún que le arrojen una bomba.

• Mientras mas brillante la luz, mayor el gasto.

• La última victima de la guerra dijo, al caer: "¡Que mala suerte!"

• Cuando el tacto vale más que el sentimiento, la amistad de la orgía no es sincera.

• Haz el mal sin mirar a cuál.

• Simula reír la hiena. Pero no entiende los chistes.

• ¡Desdichado el mendigo que no conoce el placer de dar!

• Morir… ¡extraña costumbre!

• La hiena ríe pues no piensa en el mañana.

• Si no cantara el gallo igual amanecería.

• Consulté con mi almohada y me dijo: "Consulta con tu médico".

• Desdichado quien encuentra una muerte horrible, pero… ¿no pensamos en quién la ha perdido?

• No hay completa belleza. El tigre es hermoso, pero su orín es pestilente.

• El humor no debe ser risa. Sí, sonrisa. Y, de ser posible, llanto amargo.

• Si tropiezas dos veces con la misma piedra… ¡sácala de allí! 

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