Historia del Mercado Primero de Mayo

 
Pachuca, Hidalgo.- Los mercados urbanos ya en las grandes como en las pequeñas ciudades o villas, se han considerado siempre como lugares de sentida necesidad para la población, de allí que el espacio dedicado a su ubicación, quedara comprendido en lo que se denomina primer cuadro, área donde se asentaban la parroquia, el Oficio Público, una explanada para el mercado y otros servicios que rodeaban a la que se denominó Plaza Real o Plaza Mayor, donde también debería edificarse una acera de portales y en los lugares mineros se separaba también un solar para la Caja Real, en tanto que en las villas de gran población, se dedicaba un sitio para el hospital de enfermedades no contagiosas.

En Pachuca, como es bien sabido, la Plaza Real o Plaza Mayor, se tendía en lo que hoy conocemos como Jardín Constitución, nombre, este último, que lleva desde 1820, cuando se obligó a todos los poblados del reino Español a cambiar su antigua denominación, para honrar a la Constitución de Cádiz. De conformidad con los mapas y planos que se conocen de Pachuca, a los que se agrega un buen número de fotografías, la plaza del Mercado o de Mercaderes, se ubicó en el costado oriente, exactamente donde hoy se encuentra el mercado "Primero de Mayo".

Era la Plaza de Mercaderes, un amplio espacio abierto, terraplenado y nivelado, en el que tenían cabida los lunes (día del mercado), poco más de un centenar de puestos semifijos, que se reducían a un tercio el resto de los días de la semana. La plaza hebdomadaria de los lunes, llamada también "La Barata" recibía mercaderes de diferentes sitios, entre los que se encontraban vendedores de carne y tasajo de Atotonilco, verduras y frutas de Actopan, Zapotlán, Tolcayuca y Tizayuca, granos de Tulancingo y Singuilucan, manzanas de Omitlán y Acaxochitlán, maíz y pulque de Apan, hongos del Real del Monte y Mineral del Chico, ropa y telas de Tulancingo, cinturones zapatos y alpargatas de Zacualtipán, rebozos de Itzmiquilpan, así como otros productos procedentes de más lejanas regiones, como puede apreciarse en diversos documentos que obran en el Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Hidalgo.

Por otra parte, a este mercado semanario acudían, además de los acostumbrados marchantes del Real de Minas, muchísima gente de los alrededores, como se desprende de la documentación aludida, que señala "a la plaza del mercado en Pachuca, acudía un gran gentío que aquí se congregaba para comprar cuanto demandaban sus necesidades" inclusive se agrega "munchos ingerían en ella comidas y bebidas para saciar el hambre".

Al norte de la plaza del mercado, se levantaba, desde principios del siglo 19, una vieja torre a la que los pachuqueños llamaron "El Castillo", por tener esa apariencia, la que no tenía uso aparente alguno. Todo indica que en el último tercio de la décima novena centuria, el Castillo, fue demolido a efecto de construir en su lugar, prolongándose por la plaza del mercado un amplio edificio, destinado a alojar a los cientos de visitantes que llegaban a Pachuca por esos años, para realizar diversas operaciones relacionadas con la actividad minera.

Las noticias que se conservan de aquella hospedería, permiten entender que fue un rotundo fracaso, pues hacia 1905, después de diversas adaptaciones, el edificio se convirtió en el "Mercado Libertad", donde se dio techo a un buen número de comerciantes fijos y en el patio posterior a los que acudían en ocasión de celebrarse el mercado de los lunes. La revista "El Comercio", publicada en diciembre de 1907, contiene varios anuncios comerciales, entre ellos el del señor Roberto Hinojosa, dueño del local "9" del mercado Libertad, llamado "El Cajón Pachuqueño", en el que se expendían telas, jergones, corpiños, sombreros y tirantes, negocio que abría sus puertas a las 6:30 de la mañana y cerraba a las 5:30 por la tarde (qué tiempos aquellos).

Uno de los problemas fundamentales del mercado "Libertad", fue el de las inundaciones en la época de lluvias, dado que por su ubicación se convertía en una especie de dique que detenía los escurrimientos que bajaban por el caserío de los barrios "La Fuente Seca", "El Mosco", "La Barranca", "El Becerro de Oro" y otros, ubicados al oriente en las faldas del cerro de "Las Coronas", esas avenidas de agua destruían con frecuencia puestos y arrastraban mercancías.

Por lo que se sabe, fueron cientos las quejas elevadas a las autoridades para remediar la situación en la que vivían los comerciantes del Mercado "Libertad", que ".......lo perdían todo cada temporada de aguas (sic)" y aunque se intentaron diversos remedios, tales como subir la barda del oriente y ampliar las acequias que bajaban del cerro de las "Coronas", nada dio resultado, en cambio, la situación fue generando mayores insatisfacciones.

El mercado "Libertad" se mantuvo en operaciones por cerca de 20 años, hasta que a finales de 1924, se determinó que el único remedio posible para evitar los males que se causaba a los locatarios en el verano, era demoler la vieja construcción a fin de edificar una nueva, que resultó ser el mercado "Primero de Mayo", inaugurado el 1º de mayo de 1926, por el Presidente Calles.

Se escribió así la historia de los mercados públicos hasta los primeros años del siglo 20, periodo en el que se detonó una mayor y más intensa actividad económica en estos espacios citadinos, donde el tiempo camina al paso de la economía de la región.

No hay comentarios: