El mal llamado "Fracaso Escolar"

Bernard Charlot, filósofo y pedagogo francés trabaja en la Universidad Federal de Mato Grosso (Brasil), aporta un enfoque muy prometedor – La relación con el saber– para estudiar el fenómeno del llamado fracaso escolar. En primer lugar, bajo el término fracaso escolar se confunden fenómenos muy distintos y, aun cuando en muchos casos se presente como común denominador una situación de pobreza, no puede, sin más, atribuirse a ésta el fracaso. Además, no todo abandono de la escuela (o desatención a sus tareas) puede ser calificado de fracaso, pues en no pocas ocasiones es resultado de una decisión pensada a partir de la consideración, fundada, de que las enseñanzas de la escuela no sirven para los fines convencionalmente asignados a la educación escolar: ayudar a conseguir empleo, elevar el nivel de vida (confundido con el nivel de consumo).

El reto de la escuela, de los maestros y de la sociedad es lograr que todos los sectores de la población encuentren en las aulas una educación que les es valiosa. Los jóvenes provenientes de los sectores económicamente privilegiados saben que los conocimientos allí adquiridos (y los certificados y títulos), aunados a sus relaciones sociales y a otros bienes materiales y culturales que poseen, les garantizan efectivamente un futuro próspero, y en consecuencia ponen empeño en la escuela. Pero muchos jóvenes provenientes de los sectores mayoritarios, de condiciones económicas precarias, o menos que precarias, no encuentran sentido en seguir programas escolares que resultan ajenos a su realidad inmediata, su tiempo, su lenguaje, su mundo, a su urgencia de sobrevivir. Al abandonar la escuela no han fracasado, ha fracasado el sistema escolar por no responder a las necesidades y condiciones de los educandos, por su incapacidad para generar en ellos una motivación para estudiar que vaya más allá de lo más visible e inmediato que les presenta el pobre contexto social y cultural que es la sociedad contemporánea.

La educación no se da en el vacío. La escuela y sus aulas, y los resultados de sus trabajos, están compleja y fuertemente relacionados con el exterior. Ninguna evaluación seria y responsable de las escuelas y los maestros puede prescindir del contexto social, económico y cultural que los condiciona. Los medios de comunicación (principalmente prensa, radio y televisión) determinan en gran medida la visión del mundo, el lenguaje, las relaciones con los otros, deben pues ser considerados parte del sistema educativo

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