Frases "Bajo el Volcan" Lowry

La enfermedad no se halla sóloen el cuerpo, sino en aquella parte a la que solía llamarse alma, ¡pobre de su amigo!¡Gastar su dinero en la tierra en esas tragedias continuas!

No; te amabas a ti mismo; amabas tu miseria más quea mí. Nos hiciste esto deliberadamente

¡Dormitorio para zopilotes y ciudad de Moloch!

...Noche: y una vez más el nocturno combate con la muerte, el cuarto que se cimbracon demoníacas orquestas, las ráfagas de sueño aterrado, las voces fuera de la ventana, mi nombre que repiten con desdén imaginarios grupos que van llegando —espinetas de la oscuridad. ¡Como si no hubiera bastantes ruidos reales en estasnoches de color canoso! No semejantes al desgarrador tumulto de las ciudadesnorteamericanas, el ruido que produce el desvendar gigantes agónicos, sino al aullidode perros callejeros, a los gallos que anuncian el alba toda la noche, al tamborileo, alos quejidos que más tarde habrán de descubrirse, verde plumaje acurrucado en los alambres telegráficos de los jardines ocultos, o aves perchadas en manzanos— a laeterna tristeza del gran México, que nunca duerme. En cuanto a mí, me gusta abrigarmi tristeza en la penumbra de antiguos monasterios, mi culpa en los claustros y bajolos tapices y entre las misericordias de inconcebibles 'cantinas', donde alfareros derostro entristecido y mutilados pordioseros beben al despuntar el alba cuya fría belleza de junquillo volvemos a descubrir en la muerte. Así es que, cuando te fuiste, Yvonne, me marché a Oaxaca. ¡No hay palabra más triste! ¿Quieres que te relate, Yvonne, aquel terrible viaje: la travesía por el desierto en el angosto ferrocarrilsentado en el potro del asiento de un vagón de tercera clase?, ¿del niño cuya vidasalvamos su madre y yo sobándole la barriga con tequila de mi botella?, ¿o cómo,cuando entré a mi cuarto en el hotel donde una vez fuimos felices, el ruido de lamatanza, abajo, en la cocina, me hizo salir al resplandor de la calle?, ¿y cómo, mástarde, encontré aquella noche un zopilote posado en la palangana? ¡Horrores a lamedida de los nervios de un gigante! No, mis secretos son de ultratumba y debenpermanecer como tales. Y así, a veces me veo como un gran explorador que hadescubierto algún país extraordinario del que jamás podrá regresar para darlo aconocer al mundo: porque el nombre de esta tierra es el infierno.

Fragmento de la Pag 40

Una vez al año, los muertos viven un día.

Pag  41

... A  veces siento que me invade una poderosa sensación, celos desesperantes y asombrosos que, al agravarlos la bebida, se convierten en un deseo de destruirmemediante mi propia imaginación, cuando menos para no verme presa de... fantasmas...

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voy en la pag 45...

 

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